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Perros famosos

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El binomio perro-humano tiene miles de años de antigüedad. Su convivencia ha sido y es muy estrecha, no solo por el vínculo emocional que hemos desarrollado, sino por todo lo que nos pueden aportar y ayudar en múltiples tareas.

El perro es un animal extraordinario por tantas habilidades que el ser humano no ha dudado en “aprovechar” en diferentes ámbitos. Ya sabemos de lo que es capaz el ser humano con los animales, y por eso mismo no vamos a recrearnos en este artículo en describir esos hechos de la historia.

Queremos rendir homenaje a esos perros que, de manera voluntaria o no, han dejado una huella importante en la historia y han tenido un final feliz. Sin olvidarnos, por supuesto, de aquellos que no terminaron tan bien, de aquellos que cayeron en el olvido o de aquellos que simplemente no son famosos.

Ajax, el perro policía que evitó un atentado en España

Palma Nova en Mallorca, corría el año 2009, cuando ETA realizó un Atentado en el que murieron dos guardias civiles tras una primera explosión. Estaba prevista una segunda explosión que fue evitada gracias a Ajax, un pastor alemán que detectó el artefacto bajo un vehículo que pudo ser desactivado.

Este perro fue condecorado con la medalla de Oro de la PDSA (Organización benéfica veterinaria líder del Reino Unido), lo que supone la máxima distinción para un animal, equivalente a la Cruz de San Jorge (con la que se condecora a los ciudadanos por sus grandes actos de valentía). Un reconocimiento con el que sólo cuentan 22 perros en todo el mundo, sólo dos de ellos son de origen no británico.

Ajax se jubiló en el 2012 y falleció en Antequera tras haber salvado múltiples vidas en sus seis años de vida laboral.

Stubby, Sargento en la Primera Guerra Mundial.

El sargento Stubby fue un héroe de la Primera Guerra Mundial. Fue un  american pitbull terrier que acompañó durante los años de guerra a las tropas americanas. 

Fue la mascota oficial del 102º Regimiento de Infantería asignado a la 26ª División (Yankee). Sirvió durante 18 meses y participó en 17 batallas del Frente Occidental. 

Más que una mascota fue un salvador, pues gracias a su oído podía escuchar los obuses silbando en el aire antes que los demás, haciendo saber a su unidad cuando tenían que ponerse a cubierto. También avisaba con sus ladridos a su regimiento de ataques con gas mostaza.

Tras su regreso a casa, Stubby se convirtió en una celebridad y en las paradas militares marchaba encabezando los desfiles por todo el país. 

Stubby murió mientras dormía en 1926.

Barry, el perro rescatista de los Alpes

Barry fue un San Bernardo de un convento en el paso de Saint Bernard (Suiza), durante el año 1800. Rescató a más de 40 personas pero el rescate que le dio la fama fue el de un niño que quedó aislado con su madre tras sufrir un alud. El perro encontró a la madre y al niño y según cuenta la leyenda la madre estaba tan débil que solo consiguió atar a su hijo a la espalda de Barry para que lo sacara de allí.  

Barry se ganó el respeto de los pueblos cercanos, siguió durante muchos más años realizando rescates y hoy en día es un símbolo en Suiza. Murió con 15 años y se le dedicó un monumento en el cementerio de Asnières.

Buddy, el primer perro guía

Hacia el año 1930 la adiestradora americana de perros de rescate de la Cruz Roja, Dorothy Eustis, quien trabajaba en Suiza, tras descubrir la primera escuela dedicada al adiestramiento, en Oldenburg, creada por el Dr. Gerhard Stalling, recibió la solicitud de un joven invidente americano que le propuso adiestrar un perro para él. Así, en 1928 Morris se convirtió en el primer estadounidense que tenía un perro -guía oficialmente entrenado. Este perro era Buddy, una  hembra de pastor alemán.

Tras este éxito, Morris y Dorothy fundaron la primera escuela de perros guía en Estados Unidos, situada en Tenesse, bajo el nombre de The seeing eye (Los ojos que ven).

Smoky, la pequeña heroína de la Segunda Guerra Mundial

Smoky fue una perrita Yorkshire Terrier encontrada en 1944 en la base de Nueva Guinea, que acompañó a su dueño en los frentes de guerra donde hacía incluso saltos en paracaídas. 

Smoky formaba parte del 5º cuerpo de la fuerza aérea de EEUU y sobrevivió a más de 150 ataques del ejército japonés. Smoky ayudó a construir la infraestructura de telecomunicaciones pasando de un lado a otro a través de una tubería con el cable de telégrafos atado a su collar para poder conectar la línea de comunicación de la base. 

Además, continuó su labor como perro de terapia para los soldados heridos al terminar la guerra.

Estamos agradecidos a estos maravillosos perros y también a todos aquellos que nos ayudan cada día.

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