Discopatias

La columna vertebral de los vertebrados está formado por elementos óseos que reciben el nombre vértebras. Estas vertebras se encuentran articuladas entre si gracias a pequeñas articulaciones intervertebrales y están separadas por discos intervertebrales.
El disco intervertebral es una estructura compleja, cuya función principal es dar movimiento a la columna vertebral y proporcionar estabilidad frente a las fuerzas y cargas que puedan deformar su estructura, permitiendo la transmisión de movimiento de los miembros pelvianos y torácicos. El disco presenta mayor grosor en la región cervical baja y lumbar alta.
Está compuesto por dos partes:

  • Núcleo pulposo: es la parte central, de tipo gelatinosa. Absorbe fuerzas de compresión entre las vértebras
  • Anillo fibroso: formado por un anillo externo de colágeno, que rodea a una zona más amplia de fibrocartílago.

Un disco sano presenta una consistencia firme pero flexible, la edad o impactos repetidos (saltos) pueden producir fisuras en el anillo fibroso y que parte de su material se desplace y comprima otras estructuras, las más relevantes son la médula espinal o raíces nerviosas. Un traumatismo muy severo también puede dañar un disco, aunque este se encuentre sano.
La degeneración discal es un proceso fisiológico que viene dado por la edad, pero Hansen describió en 1952 diferentes tipologías de enfermedad discal vinculadas a otros factores como son la obesidad, las anomalías endocrinas o el incremento de contenido de colágeno entre otras.

Los discos toracolumbares (región dorsal) sufren el 65 % de todas las hernias de disco, mientras que los cervicales (cuello) representan un 18 % de los casos.

Esta degeneración del disco puede producir una protusión o abombamiento del disco o una ruptura del anillo fibroso con salida o extrusión del material discal.

Los signos que puede presentar el perro son:

  • Dolor local
  • Cambio en su postura: postura antalgica, generalmente encorvados.
  • Dolor al movimiento
  • Según la severidad de la lesión puede presentar signos de lesión neurológica como:
    • Disminución de la propiocepción: tiene incoordinación al moverse o se arrastra (paresia o parálisis) y dificultad para mantener el equilibrio. 
    • Alteración de la sensibilidad.
    • Problemas de incontinencia urinaria y/o fecal o retenciones. 
    • Alteración motora y disminución de la masa y la fuerza.

La evaluación neurológica realizada por un especialista es fundamental para la correcta localización de la lesión. Pruebas de imagen como la radiografia y la mielografía nos muestran el estado de los discos intervertebrales y la integridad del canal medular.